Praga
Praga: cerveza a las 9 AM, callejones con historia y un almuerzo bien checo
De todo el viaje por Europa, República Checa era mi gran ilusión. Algo tenía Praga que me llamaba. Y no decepcionó en lo absoluto. Llegamos desde Berlín en tren, cuatro horas que se pasaron volando gracias a una insólita compañía: un grupo de 12 jóvenes alemanes que subieron en Dresde y convirtieron la cabina en un mini bar improvisado. A las 9 de la mañana ya nos ofrecían vodka, cerveza y hasta chorizo casero (nos quedamos solo con esto último). Entre risas y charlas con los locales, el trayecto hasta la capital checa se pasó rapidísimo.
Bajamos en Praha hlavní nádraží, la estación central, y con ayuda de Google Maps caminamos unos 15 minutos hasta nuestro alojamiento en Nové Město (Ciudad Nueva). Nuestro host fue un lujo: simpático, atento y lleno de recomendaciones. Una de ellas: Zlaty, un restaurante donde probamos por primera vez la contundente comida checa. Una vez con el almuerzo cumplido, salimos a caminar por Staré Město (Ciudad Vieja) y Malá Strana, con esas callecitas adoquinadas que parecen sacadas de una película.
A las 17:00 arrancaba nuestro primer free tour, desde la estación de metro Malostranská. Primera parada: las famosas esculturas de los hombres orinando, justo al lado del canal Čertovka, la “Venecia checa”. Seguimos por plazas cargadas de historia, como las de la resistencia pasiva durante la Primavera de Praga de 1968, y llegamos al Muro de Lennon, un estallido de colores y mensajes de paz
Subimos unas escaleras y ahí estaba: el Puente de Carlos. El Moldava cruzando la ciudad, el castillo en lo alto, torres y tejados: una postal perfecta. Entre las estatuas del puente, la de San Juan Nepomuceno fue la principal: dicen que tocarla trae buena suerte y asegura el regreso a Praga. Por supuesto que lo hicimos.
Ya del otro lado, atravesamos la Torre del Puente de la Ciudad Vieja y llegamos al Klementinum, un complejo arquitectónico que alberga la Biblioteca Nacional, la Torre Astronómica y la Capilla de los Espejos. También pasamos por el museo de Kafka, el Nuevo Ayuntamiento y la iglesia del Niño Jesús de Praga. Tras dos horas y media de recorrido, el tour terminó frente al pozo de agua de la Plaza Pequeña.
Pero todavía quedaba una última parada: la calle de Carlos y el Reloj Astronómico, uno de los íconos de la ciudad. Y como todo buen viajero sabe cerrar un día, terminamos con un goulash dentro de un pan. Un golazo gastronómico.
Del corazón de Praga al alma del barrio judío
El segundo día empezó en la Torre de la Pólvora para otro free tour, esta vez por Staré Město y el barrio judío. En Ciudad Vieja pasamos por el Teatro Estatal, la capilla gótica de la Universidad Carolina, la casa de la Virgen Negra y la iglesia de Santiago. También vimos al famoso Reloj Astronómico en acción, recorrimos el Ayuntamiento de la Ciudad Vieja y la iglesia de Nuestra Señora de Týn, una de las postales más lindas de Praga.
En Josefov, el barrio judío, caminamos entre callecitas estrechas visitando las seis sinagogas que aún siguen en pie y escuchamos la leyenda del Golem de Praga. Hoy es el barrio más lujoso de la ciudad, pero que guarda historias duras: el cementerio judío, con más de 100.000 cuerpos enterrados, y justo enfrente, la Academia de Artes Decorativas (UMPRUM), que durante la ocupación nazi fue cuartel general de la Gestapo. El recorrido terminó en el Rudolfinum, una joya cultural de la ciudad.
Con hambre acumulada, la plaza principal nos recibió con una feria callejera de comida típica. Ya con energía recargada, emprendimos la subida al castillo: larga, empinada y totalmente recompensada por las vistas. Y ese día, para nuestra sorpresa, la entrada era gratuita, así que pudimos recorrer la residencia presidencial, sus salones oficiales y la imponente Catedral de San Vito.
El cierre fue tranquilo: cruzamos de nuevo el Puente de Carlos, bordeamos el Moldava hasta la Casa Danzante, descansamos un rato en el pasto junto al río y, después de una ducha rápida, repetimos cena: otro goulash en pan, esta vez en el bar del Hotel Sladovna.

Posando con el río

La Casa Danzante

Interior del castillo de Praga

Un pájaro observando el Moldava

Monumento a Jan Hus y la iglesia de Tyn en la plaza de la Ciudad Vieja

Escultura de Franz Kafka

Deliciso goulash dentro de un pan

La torre del Ayuntamiento Antiguo de noche
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